Sucedió hace muchos años en Navidad. Fuera había nieve y solo podías ver los contornos del paisaje. La luz de las velas hacía que las habitaciones brillaran en un color acogedor. Y en todas partes había música navideña que venía de las casas.
Los regalos de Navidad ya estaban alineados entre los árboles de Navidad ricamente decorados para la víspera de Navidad. Un ambiente tenso en anticipación de eventos felices estaba en el aire.
Incluso los regalos de Navidad estaban bastante nerviosos, porque cada uno de los regalos quería ser el más prestigioso. Y así los regalos navideños hablaban animadamente entre sí.
Primero, llegó un regalo de Navidad, que estaba en medio del árbol de Navidad: "No sé qué te pasa, pero yo puedo hacer brillao los ojos de los niños".
Eso fue para el orgullo del mayor regalo de Navidad justo al lado. "¿Qué es eso? Mira mi talla. Seguramente eso impresiona más ". Y ya respondí el regalo de Navidad bellamente envuelto para mamá:" Entonces, si me preguntas, mi brillo impresionará a todos. Todos reconocerán mi valor especial "
Y así los regalos de navidad estaban celosos el uno del otro.
Mientras hablaron durante un tiempo, notaron que uno, el regalo de Navidad más pequeño de todos, aún no ha dicho una palabra. Todos los ojos se volvieron hacia el regalo de Navidad poco vistoso y el enorme regalo de Navidad preguntó: "¿Y qué hay de ti? ¿Qué tiene de especial? "
"Traigo amor a la gente". Y de repente se volvió muy tranquilo. Volvieron a darse cuenta de lo que la Navidad conmemora el nacimiento de Cristo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".
Y así, incluso un regalo aparentemente desapercibido puede ser el regalo más valioso de todos los tiempos. Una palabra de amor en el momento adecuado y una mano que ayuda donde es necesario es más importante que los regalos caros. Y a veces, incluso pueden salvar vidas.
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